¿Cómo elegir el gato que mejor se adapta a nuestra familia?
¿Cómo elegir el gato que mejor se adapta a nuestra familia?
3914
post-template-default,single,single-post,postid-3914,single-format-standard,aawp-custom,et_monarch,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1300,footer_responsive_adv,qode-theme-ver-17.2,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.10.0,vc_responsive,cookies-not-set
 

¿Cómo acertar a la hora de elegir gato?

 

Antes de elegir gato hemos de tener claro lo que significa incorporar un nuevo miembro a nuestro núcleo familiar. Si en casa somos varios miembros en la unidad familiar, es necesario estar todos de acuerdo antes de traer un compañero a nuestro hogar. En caso de no estar todos de acuerdo, es conveniente llegar a un consenso antes de traerlo a casa.

 

 

La esperanza de vida media de un gato

 

Una de las cosas que a veces no se piensa es la responsabilidad que conlleva la adopción de un animal. En el caso de los gatos la esperanza de vida puede llegar hasta los 20 años con lo que es una decisión que no se puede tomar a la ligera. En nuestra vida habrá muchas cosas que cambiaran a lo largo de ese tiempo. Los niños se harán mayores, cambiaremos de pareja, de vivienda, de trabajo…

Nuestros gatos siempre nos acompañaran en todas estas situaciones.  La mayoría de las veces todas estas circunstancias les afectaran a ellos, a su estabilidad y a su día a día. Además como cualquier ser vivo enferman y pasan etapas en la que se puede encontrar mejor o peor. Habrá que cuidarlos y atenderlos como a cualquier otro miembro de la unidad familiar.

¡Todo esto no es ningún problema! Las situaciones se resuelven y todo vuelve a su cauce y a su normalidad. Es más tu gato siempre estará ahí para acurrucarse junto a ti, esperando que llegues a casa, para jugar contigo y acompañarte. Son unos amigos fieles durante toda su vida. No se puede pedir más. Por todo ello hemos de valorar que gato puede ser el que mejor se adapte a nuestra familia, y podemos valorar ciertas situaciones antes de decidirnos por uno u otro gato.

 

 

El núcleo familiar

 

Si hay niños pequeños es necesario hablar con ellos para explicarles cómo comportarse cuando llegue el gato a casa. Enseñándoles que hay que manipular al gato de forma suave, se trate de un cachorro o de un gato adulto. Los primeros días debemos estar pendientes de supervisar todo contacto de los pequeños con su nuevo amigo, evitaremos así tanto daños en el animal como en los pequeños.

Si por el contrario en casa hay personas de edad avanzada un gato adulto puede ser una buena decisión, ya que son más tranquilos y menos juguetones que un cachorro.

Igualmente de importante es valorar si en casa hay más mascotas, cómo vamos a hacer para que se adapten. No es igual la adaptación si el gato va a tener que convivir con un perro o con otro gato. Siempre hemos de tener cuidado en estos procesos para que todo vaya bien. Nosotros somos los que mejor conocemos a la mascota que ya convive en nuestro hogar y hemos de valorar si su temperamento es afable o no.

 

 

Cómo actuar cuándo en nuestra familia hay un perro

 

Tendremos que presentarle al gato de forma adecuada. Es decir cuando llegue el gato a casa en su transportín tenemos que tener al perro atado con su correa y antes de abrir el transportín y cuando el perro se encuentre calmado (sin ladrar y relajado) dejarle acercarse para que ambos se olisqueen. Antes de las presentaciones una buena idea puede ser llevar al perro a pasear para que este cansado y no tenga muchas ganas de jugar.

El gato se tendrá que adaptar a un territorio desconocido, con lo que para su llegada a casa tenemos que intentar ofrecerle un ambiente lo más relajado posible, sin ruidos y con pocas personas para que se sienta seguro. Lo ideal es poder ofrecerles estancias separadas por lo menos durante un periodo de adaptación. Ni que decir tiene que cada uno ha de tener sus propios enseres, cama, cuencos, juguetes…

Hemos de juntarlos al principio siempre por periodos de tiempo corto y dejando al gato siempre una vía de escape para que se sienta seguro, (lugares altos a los que se pueda subir). En estas sesiones el perro sigue teniendo que estar atado e intentar que este lo más tranquilo posible, premiándole siempre que se porte bien y no teniendo la correa tensa en ningún momento para que el perro no esté alerta y no le transmitamos nuestro nerviosismo.

Nuestra actitud es fundamental, si nosotros estamos nerviosos o tenemos miedo los animales se van a dar cuenta y no ayudaremos en nada. Tenemos que estar seguros de nosotros mismos y de poder controlar la situación.

Durante los primeros meses, aunque la relación sea cordial hemos de intentar que siempre haya un adulto con ambos, para asegurarse de las reacciones de ambos cuando coman o cuando peleen por un juguete. Una vez que estemos seguros de cómo solucionan este tipo de conflictos es cuando ya podemos dejarlos solos.

Poco a poco se irán acostumbrando ambos a la presencia del otro. En el caso de haber conflicto siempre se puede recurrir a la ayuda de un profesional, veterinario, centros de adopción…

 

 

En el caso de que ya tengamos otro gato

 

Es muy importante antes de traer un nuevo gato, intentar que ambos sean de la misma raza para que ambos tengan el mismo temperamento, e igualmente considerar que sean de una edad aproximada para que tengan un nivel de actividad similar. Si un gato es ya mayor y se trae un gato muy joven a casa puede hacer que el gato se estrese y convertirse en un problema serio para el gato adulto. Hay gatos que dejan de comer, no pueden descansar sin ser «acosados» y acaban viviendo escondidos.

El proceso es prácticamente él mismo, lo ideal sería poder ofrecerles al principio estancias separadas para que se vayan acostumbrando poco a poco el uno al otro. A su llegada a casa es bueno permitirles olisquearse antes de soltar al nuevo gato de su transportín y si todo transcurre con normalidad se le puede soltar en la misma habitación.

Los gatos son muy territoriales por lo que puede haber algún bufido o intentos de arañazos. Si son de carácter tranquilo se olisquearan y luego irán juntos a recorrer la casa, sin despegarse el uno del otro. Si la presentación no es tan afable es mejor meter al gato residente en la habitación que le hayáis destinado en principio para su estancia y así darle tiempo al nuevo gato a ver la casa y conocer a todos los miembros del hogar.

Poco a poco se irán habituando a su mutua compañía, al principio tendremos que juntarlos durante cortos espacio de tiempo con barreras de por medio (en el transportín, a través de una puerta de cristal, con alguna red…), para que se vean pero no se puedan pelear. Cuando se vayan acostumbrando a su respectiva presencia ya se puede intentar no poner barreras ofreciéndoles obsequios para que asocien la presencia del otro gato con algo positivo.

Siempre se puede ayudar con distintas estrategias, intercambiando los juguetes de cada uno para que se acostumbren a sus olores, intercambiar a los gatos en sus respectivos espacios, poner feromonas que los tranquilicen…

 

 

En resumen

 

Siempre hay que tener en cuenta el carácter del felino en general para saber cómo debemos actuar.

Los gatos son muy territoriales, les cuesta mucho los cambios y aceptar a otro animal no es fácil para ello. Hay que intentar siempre hacer una integración progresiva a su nuevo entorno. Por el contrario son muy rutinarios y sedentarios lo que hará que se acostumbren a nuestras rutinas.

Cuando un gato llega a un nuevo hogar necesita tener un sitio sentirse seguro. De ahí la importancia de destinarle una habitación para esos primeros días donde vaya soltando sus feromonas para ir creando su propio territorio. Cuando llega a nuestro hogar, es un territorio muy amplio y desconocido y estará desorientado.

Su habitación será su refugio y su lugar seguro, donde podrá huir a esconderse o a estar tranquilo cuando se asuste. Poco a poco saldrá para curiosear y ampliar el territorio esparciendo sus feromonas por toda la casa y haciendo también suyo el resto del hogar.

En su habitación pondremos todos los utensilios que le vayan a hacer falta. El arenero siempre lo más alejado de la zona de comer y beber, algún rascador y juguetes para que se pueda entretener y tranquilizar. Una vez que el gato amplíe su territorio a toda la casa y se sienta cómodo podremos redistribuir sus enseres en otras zonas.

Cachorro gatito adopción

La adopción de un cachorro

 

Si nos hemos decantado por un pequeño gatito, hemos de intentar decidir entre toda la familia unas normas para relacionarnos con el gato, que le vamos a dejar hacer y que no (dormir en las camas, subirse al sofá…) Es necesario estar de acuerdo en todos estos puntos para que el gato aprenda de una forma rápida y no desconcertarle.

Los primeros días hay que prepararle su estancia y estar pendientes de ellos ya que son muy curiosos y no tienen idea de los peligros que pueden albergar en un hogar.

Jugar con el gato ayuda a socializarlo, hay que hacerlo siempre con juguetes y nunca utilizar las manos, les gusta mucho los juegos de caza, cañas, pelotas y ofrecerles sitios dónde puedan esconderse. Si se pone agresivo o le araña, deje de jugar con él, hasta que se encuentre más tranquilo, pero nunca le pegue. Intente jugar todos los días con él al menos 20 minutos a lo largo del día.  El periodo de socialización que va desde las 2 semanas hasta las 8 semanas de edad debe permanecer en el entorno materno y es en la fase final de este periodo es cuando debe empezar a interactuar con las personas.

Poco a poco el gatito se ira familiarizando con nosotros, tenemos que ser muy suaves en nuestro trato con él, acariciándole despacio por zonas, observando siempre sus reacciones.

Gato adulto adopción

La adopción de un gato adulto

 

Si con un cachorro hemos de ser cuidadosos con un gato adulto aún más. A los gatos no les gusta los cambios por lo que al principio se encontrarán incómodos y a la defensiva. Es bueno tener acondicionado un lugar para él, con sitios dónde se pueda esconder en caso de no sentirse a gusto. Hay que darles tiempo y espacio. El poco a poco irá acercándose para explorar el territorio.

Hay que ser especialmente cuidadoso con el contacto, puede arañarnos si no se encuentra cómodo, es mejor esperar a que sea él quien busque nuestro contacto. Es fácil descubrir si un gato se encuentra cómodo o por el contrario está a disgusto.

Si es un gato adoptado, puedes recurrir al centro de adopción para que te ayude si ves que tarda mucho en habituarse y te de consejo. Este tipos de gatos normalmente tienen una historia detrás complicada, así que son los que más compresión, espacio y tiempo necesitan para habituarse a un nuevo hogar.

Sin comentarios

Publica un comentario

Pin It on Pinterest

Share This